¿Por qué se llaman volcanes?
El origen de la palabra “volcán” proviene de Vulcano (Vulcānus en latín), el dios del fuego en la mitología romana que asimiló las características del dios griego Hefesto. Vulcano representa tanto el fuego destructor, que puede arrasar toda la vida, como el fuego benéfico, que fertiliza la tierra. Esta ambivalencia se aplica perfectamente a los volcanes que, a pesar de la amenaza que representan, son el lugar de vida preferido de cientos de millones de personas en todo el mundo gracias a la fertilidad de sus suelos.
Vulcano era un dios herrero que forjaba las armas de los demás dioses, como el rayo de Júpiter y la lanza de Marte. Para fundir y moldear los metales y convertirlos en armas con la ayuda de los cíclopes, Vulcano necesitaba mucho calor que conseguía desde las entrañas del monte Etna, en Italia, uno de los volcanes más activos en el mundo. A menudo, Vulcano era representado como un hombre de mediana edad con barba, el cabello y la ropa desordenados y un martillo a la mano. Vulcano era conocido por su carácter belicoso, y las infidelidades de su esposa Venus, la diosa del amor y la belleza, desencadenaban ataques de ira que se traducían en erupciones volcánicas. En ocasiones, su nombre iba acompañado del epíteto Quietus, que significa tranquilo, probablemente con la intención de atraer sus favores y evitar su ira. Las festividades dedicadas a Vulcano, los vulcanales, se celebran el 23 de agosto.
¿Sabías que, en la mitología Inca, la diosa de la luz, del fuego y de los volcanes es Mama Nina, la madre del fuego?